¡Si se puede!

El famoso refrán, pensamiento, frase, porra o como le quieran llamar al ¡Si se puede! Que nació o si ya existía tomó más fuerza en el mundial de Francia ’98, se me hace algo completamente nefasto, el sinónimo de la mediocridad y del ya merito, ese ya merito que ha tomado fuerza en el argot futbolero pero que no sólo se aplica en ese ámbito, si no en todos los ámbitos de la realidad mexicana, en lo político, económico, social, etc. Debemos cambiar esa mentalidad del ¡Si se puede! al ¡Ya se puedo! o ¡Claro que se puede!, ¡Claro que se va a poder!, ¡Lo tenemos que lograr!, en fin, esa frase del ¡Si se puede! hace alusión a lo más bajo que tenemos los mexicanos y es esa mediocridad que no nos deja en paz, esas salidas fáciles, siempre buscando la comodidad, el saltarnos las cosas para siempre obtener lo que queremos sin tanto rollo, sin tanto esfuerzo, sin tanto trabajo, dedicados a la tranza, a la mordida, a la corrupción pensando y diciendo - ¡El que no tranza no avanza! - creemos que con decir ¡Si se puede! Ya con eso vamos a lograr lo que queremos y si de todos modos nos se pudo, no pasa nada, simplemente viene un alarido que dice - ¡aaahhhhhhh! ¡No se pudo! Y después una acostumbrada frustración que ya somos expertos para superar.